martes, 19 de enero de 2016

Tuol Sleng, recordatorio del horror

Parece increíble. Ves celdas, grilletes, rostros que te contemplan desde una imagen muerta hace años, pero sigue pareciendo imposible que eso haya sucedido.
Cómo puede el ser humano llegar a tal grado de destrucción de su propia especie??

Vengo de visitar Tuol Sleng, antaño escuela secundaria y durante el régimen de los Jémeres Rojos tristemente conocida como S-21, uno de los más grandes centros de detención y tortura de Phnom Penh.

Se me hace difícil describir el horror que produce caminar por aulas reconvertidas en celdas, mientras se escuchan en la audioguía explicaciones y testimonios de algunos de los 7 supervivientes que se conocen, sobre las 20.000 personas que se calcula fueron llevadas ahí.

El edificio: arriba, reconvertido en Museo. Abajo tal y como lo encontraron en el '79



Los Jémeres Rojos tomaron control del país en abril del '75, apoyados por miles de campesinos que hartos de los bombardeos de los EEUU y la corrupción del gobierno de facto de Lol Nol creyeron inocentemente que llegaba la hora de su liberación. Craso error.
Solo entrar a Phnom Penh, los altos mandos ordenaron a toda la población evacuar la ciudad -por tres días en teoría- dado que era posible que los norteamericanos bombardearan.
Imaginen la movilización de 2,5 millones de personas, la ciudad entera echada a las carreteras con unas pocas pertenencias encima, pensando que volverían a sus casas en breve.. Muchos murieron solo en ese primer éxodo.
Mientras tanto, Phnom Penh era saqueada y destruida: bibliotecas, comercios, bancos, pagodas, palacios, escuelas, hospitales, nada podía quedar en pie. Había que arrasar con toda estructura anterior, solo así nacería el Hombre Nuevo. El Año Cero había llegado.

Abajo, sala de totura: cama de hierro, grilletes y caja de municiones

Investigadores que recuperan el uso original del recinto: clase explicativa, excelente!

Las familias fueron divididas en unidades móviles de trabajo de hombres, mujeres y niños -todos por separado- y enviadas a diversos puntos del país. La nueva familia era la Angkar -la Organización- madre implacable de todos los camboyanos. Los chicos aprendían a denunciar a los mayores, la mínima sospecha de seguir ligado a las costumbres antiguas (hablar mientras se trabajaba, por ejemplo) suponía la ejecución. Los JR decían que la Angkar tenía "más ojos que un ananá, todo lo veía.."

El hambre, las inhumanas condiciones de trabajo y las ejecuciones masivas se llevaron la vida de unas 2 millones de personas, un tercio de la población del momento.
Los soldados ejecutores tenían entre 10 y 15 años, analfabetos fácilmente adoctrinables en su mayoría.

Se calcula que el 70% de los intelectuales, artistas y profesionales fue asesinado, así como sus familiares directos para evitar futuras venganzas.
Contradictoriamente, la mayoría de los altos cargos de la Angkar había estudiado en Francia. Pero poca gente conocía sus identidades, solo eran Hermano n1 (Pol Pot), n2, n3.. .

Los capos en una de las pocas fotos que se conservan
Los prisioneros: rigurosamente fichados a la entrada de la prisión


Después de la caída del régimen en manos de los vietnamitas en el '79, las guerras se sucedieron durante casi 10 años más. La resistencia de los JR en el extranjero se dedicó a poner minas antipersonas por doquier, mientras que la comunidad internacional hacía la vista gorda..
El país quedó arrasado, muchas costumbres se perdieron porque la generación que tenía los saberes fue aniquilada en su casi totalidad.
La estada de los cascos azules para reestructurar el país dejó como legado prostitución y sida, más allá de la corrupción, que nunca dejó su puesto de reina.

Y sin embargo, los camboyanos de hoy siempre sonríen. Es acaso esa la única manera de sobrevivir al horror??

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